El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves una pausa de un mes en la aplicación de los aranceles del 25 % a los productos de México y Canadá cubiertos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La medida, que originalmente entraría en vigor el 4 de marzo, se postergará hasta el 2 de abril.
El anuncio se realizó en el Despacho Oval de la Casa Blanca, pocas horas después de que Trump conversara con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. En ese encuentro, el mandatario calificó a su homóloga como una "mujer maravillosa" y decidió extender la moratoria también a Canadá.
La orden ejecutiva firmada por Trump establece que los únicos bienes exentos del 25 % de aranceles serán aquellos cubiertos por el T-MEC, acuerdo que el propio Trump renegoció en su primer mandato (2017-2021) para reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Sin embargo, no todos los productos de los tres países están protegidos por el tratado, lo que genera incertidumbre entre empresas y comerciantes.
La medida impacta especialmente al sector automotor, ya que muchas empresas estadounidenses, como General Motors, Ford y Stellantis, ensamblan vehículos en México y Canadá. Estas compañías expresaron su preocupación por los aranceles, lo que llevó a la administración de Trump a conceder la prórroga para los productos automotrices y sus componentes.
Trump impuso los aranceles del 25 % el pasado 4 de marzo, afectando a sus principales socios comerciales. Sin embargo, la presión de diversas industrias y las conversaciones con líderes empresariales influyeron en la decisión de retrasar su aplicación.
Aunque la moratoria brinda un respiro temporal, persiste la incertidumbre sobre qué ocurrirá después del 2 de abril. Las empresas afectadas deberán prepararse para posibles nuevas negociaciones o enfrentar costos más elevados si los aranceles se implementan finalmente.
El presidente ha defendido los aranceles como una herramienta clave en su estrategia económica y comercial, asegurando que le han permitido obtener concesiones en temas como migración y seguridad. En varias ocasiones, Trump ha afirmado que los aranceles son "la palabra más hermosa en el diccionario", lo que sugiere que su gobierno podría seguir utilizándolos como un mecanismo de presión en el futuro.